Somos un grupo salesiano que ofrece una propuesta oratoriana en la ciudad de Paraná.
El oratorio, a través de los años fue madurando su opción por los jóvenes más necesitados, después de 8 años de caminar continuo atiende a jóvenes de diferentes extractos culturales y sociales, haciendo más rica y plural esta experiencia. 
Nuestro objetivo es dar a los jóvenes: un lugar donde se sientan queridos y reciban el afecto de un amigo que siempre está,  una guía en su conducta moral y religiosa y  brindarles un espacio de recreación y sana división.

Actualmente el número por fin de semana es de 70 jóvenes aproximadamente, de cinco a quince años. Chicos que son invitados por los animadores cubriendo toda la zona de alrededor del colegio Don Bosco y escuelas públicas, como por ejemplo Escuela Zubiaur, Estrada, Escuela Hogar, Ceferino, etc; elegidas por tener una población de jóvenes y niños en riesgo.

Nuestras actividades se realizan en el patio del colegio Don Bosco los días sábado de 15 a 18 hs y algunas actividades deportivas se realizan entre semana para no perder contacto con los jóvenes y aumentar sobre todo la familiaridad entre animadores y chicos. Su realidad es plural, las más comunes suelen ser las de jóvenes con familias disgregadas, violentas, o sin ninguna familia, también jóvenes con problemas de aprendizaje y deserción escolar jóvenes trabajadores, etc.

Nuestros sábados comienzan con una breve oración para encomendar a Dios las actividades del día. Luego, se dividen los grupos por edades y cada uno realiza juegos, actividades, deportes, etc. con su respetivo animador. Alrededor de las 17:00 hs se realizan las buenas tardes, un pequeño momento de charla y reflexión donde se tratan diversas temáticas (Don Bosco, el oratorio, Jesús, problemáticas que afectan a la sociedad de hoy, etc.). Por último se les da una merienda a los chicos para finalizar el día.

El grupo está compuesto por 10 animadores jóvenes adolescentes alumnos del colegio Don Bosco y 5 colaboradores que han hecho experiencia como oratorianos y hoy se preparan para ser futuros animadores. Durante 8 años hemos mantenida viva, sin interrupción, la experiencia del oratorio queriendo que ofrecer una casa que reciba, escuela que eduque, parroquia que evangelice y patio lugar preferencial de encuentro.

Muchas son las necesidades que nos inquietan, una de ellas es la falta de fondos para solventar meriendas, campamentos y actividades en general, destinadas a formar y regalar espacios de recreación a nuestros jóvenes. Por otro lado la escasez de material lúdico, deportivo y de cocina. También la necesidad de formación de los animadores a cargo de profesionales para poder abordar las realidades complejas que se presenten.

Sin embargo frente a todas estas dificultades, el oratorio sigue firme, dispuesto a continuar y dar lo mejor de si, por amor a los jóvenes.

Seguimos caminando “con los ojos en el cielo y los pies en el suelo” como nuestro padre Juan Bosco. Queremos seguir optando por nuestros jóvenes en especial los más necesitados del amor de Dios comprometidos con aquellos pibes que están en situaciones de riesgo, saliendo a su encuentro y generando un espacio de familia, amistad, expresión espontánea, un lugar que sea “su lugar”.